La industria de la moda se reúne para rendir homenaje a Louise Wilson

La industria de la moda acudió en masa el viernes por la mañana para celebrar la vida de la profesora Louise Wilson, venerada directora del Programa de Maestría en Central St. Martins. Para una ceremonia privada organizada por familiares y amigos, hubo una enorme participación. Es un verdadero testimonio del legado de Louise que el servicio conservó un toque personal, a pesar del entorno cavernoso de la Catedral de St. Paul y los cientos de personas que asistieron.

No se trataba de un tributo social vacío; tampoco fue un evento más en el calendario de la Semana de la Moda de Londres (a pesar de la llegada de Kanye West, con una chaqueta inapropiadamente blanca). Aquellos que conocieron a Louise hablaron con franqueza pero amabilidad sobre su vida y su trabajo, así como sobre su amor por su esposo e hijo. Hablaron con cariño de su temperamento feroz y su conocimiento enciclopédico de la moda, los cuales la ayudaron a convertirse en la maestra más legendaria de la industria.

Los exalumnos Christopher Kane y Simone Rocha dirigieron a la congregación en una oración y Roksanda Ilincic dio una lectura. Alber Elbaz dio una charla maravillosa (y típicamente divertida), comenzando con una carta que le había escrito a su difunto amigo. Habló de Louise como su compañera de tango metafórica a lo largo de la vida, la persona a quien más amaba y en quien confiaba profesionalmente. Nos contó cómo ella le presentaría a un estudiante al año, cada vez declarando "Ella es terrible, pero debes tenerla".

Porque Louise no era simplemente una maestra para sus estudiantes, un puñado de candidatos seleccionados cada año para inscribirse en el agotador programa MA Fashion. Ella fue el conector de los diseñadores, eligiendo a mano lo mejor de lo mejor para trabajar en casas en todo el mundo, iniciando carreras y moldeando ideas. Su conocimiento de la historia de la moda la convirtió en la autoridad absoluta en ingenio, sabiendo con certeza qué era original en la moda y qué no. Así es como terminamos con las colecciones constantemente frescas de Christopher Kane, y cómo el mundo llegó a conocer a Lee McQueen como Alexander.

 De hecho, me acordé del funeral de Lee, donde se dice que su familia se sintió alienada por la multitud de la moda, ya que representaban algo tan diferente de la vida que sabían que debía vivir: había una desconexión total con el hombre que conocían y el trabajo que producido. No hubo ninguna de esa disparidad el viernes. Donna Karan, amiga y colaboradora de Louise desde hace mucho tiempo, abrazó a su hijo T.J. como familia. T.J. También habló de su madre en el trabajo, y de cómo se dedicó por completo a la universidad y a su familia a partes iguales.

Mientras salíamos de la catedral para asistir al primer día de la Semana de la Moda de Londres, las duraderas palabras del amigo de Wilson, John Vial, flotaban en el aire: que "los futuros estudiantes de St. Martins se perderán mucho de la enseñanza de Louise". Te hace preguntarte cómo las próximas generaciones de diseñadores se verá afectada por esta pérdida, pero podemos estar seguros de que los estudiantes a los que ella enseñó influirán en la industria durante muchos, muchos años para venir.